
Tener una visión a largo plazo de lo que quieres lograr con y para tu empresa o negocio y diseñar los planes de acción correspondientes son unos no-negociables que forman parte de hecho de los aprendizajes básicos de todo emprendedor principiante: difícilmente alcanzarás tus metas si no lideras tu proyecto empresarial (cual sea tu tamaño) apoyándote en una planeación estratégica como mínimo, y en ese orden, anual, trimestral, mensual y semanal.
Sin embargo, y si bien esta planeación tradicional es imprescindible para programar y gestar los principales hitos que quieres alcanzar en un tiempo determinado, no es suficiente (ya lo experimentaste probablemente) para asegurar la implementación efectiva y eficiente de los mismos (una cosas es planear, otra ejecutar) y menos todavía para asegurarte el balance interno y externo que tanto necesitas para seguir realizándote personal y profesionalmente disfrutando de un proceso saludable y estimulante.
Y esto se debe a un motivo muy sencillo: la planeación tradicional – muy enfocada en cuestiones de gestión del tiempo y en una evaluación constante resultados vs objetivos – suele pasar por alto un factor determinante de su éxito: la persona (o el grupo de personas) que se va a hacer cargo de hacerla realidad, de materializar lo programado en resultados concretos y efectivos.
La planeación estratégica tradicional lleva a la persona a ponerse al servicio de lo planeado cuando en realidad lo planeado debería de ponerse al servicio de la persona.
A la hora de hacer tu planeación (en vísperas de un nuevo año por ejemplo o cuando arrancas un nuevo proyecto), procura por lo tanto asegurarte de que no solamente conlleva la progresión y programación adecuadas y las estrategias pertinentes para el éxito de tu negocio sino que incluye también lo necesario que que puedas concretizar lo planeado respetando de manera constante y significativa tu ecología es decir tu equilibrio interno y externo.
Solamente así podrás hacer lo que tienes que hacer cuando lo tengas que hacer (porque tendrás en todo momento el foco, la energía y la motivación óptimas para hacerlo), solamente así podrás hacerlo sin afectar tu salud física, mental y emocional (porque cuidarlas y mejorarlas serán parte de tu planeación) y solamente así podrás lograr el balance emprendimiento/vida personal que tanto anhelas (una planeación ecológica – consciente y saludable- se construye en torno a ese balance).
Al fin y al cabo, una emprendedora saludable y ambiciosa necesita una planeación saludable y ambiciosa. Así de sencillo.
Principios básicos de una Planeación Saludable y Ambiciosa
1. Sólo la puedes diseñar de adentro para fuera
Una Planeación Saludable lo es porque es el el reflejo y la manifestación de tu Identidad Personal: el qué y el cómo de lo que planeas respetan, nutren y manifiestan quién eres evitando de esta manera cualquier desequilibrio interno y externo. Tu planeación – fruto de un trabajo previo de autoconocimiento – toma en cuenta la situación desde la cual vas a dar los primeros pasos (es importante evaluar en qué fase te encuentras tanto a nivel personal como profesional y a nivel energético como emocional); se enfoca obviamente en tus necesidades y en tus valores, en lo que es importante y prioritario para ti y toma en cuenta tus limitantes del momento (lo que te bloquea, drena o estresa), para priorizar estrategias de resolución de interferencias (aniquilar o bloquear lo que limita tu potencial).
2. Sólo funciona si gestionas a la par tu tiempo y tu energía
Tal vez éste sea el primer balance en el cual enfocarte, él que se ha de dar entre los plazos que le convienen a tu negocio y los plazos que te convienen a ti en este momento preciso de tu vida. No hay planeación si no hay correcta e inteligente gestión del tiempo y es crucial que aprendas los básicos al respecto o, si ya eres una emprendedora o empresaria confirmada, que veas cómo ser aún mejor en este rubro. Sin embargo, no implementes nada que no responda de manera afirmativa a la pregunta siguiente: ¿esta estrategia me mantiene en una fase energética positiva? Y de ser así ¿me ubica en la fase correcta (alta/baja) para lograr esta meta en particular? No olvides además que a mayor energía (mental, intelectual, física), menor tiempo.
3. Sólo es ambiciosa si quitas antes de poner
Si como mis clientas (emprendedoras y empresarias ambiciosas tanto para sí como para su negocio) quieres ir para más pero no piensas sacrificarte o sacrificar a los tuyos en el proceso, te conviene dedicar tiempo y espacio a detectar, aniquilar o mantener a raya todo lo que interfiere entre tú y tus ambiciones (ladrones internos y externos de tiempo, energía y concentración generadores de confusion, desorientación y estrés). Y para que así sea, es crucial que ese tiempo y ese espacio encuentre su lugar en tu planeación y concretamente, en tu agenda, bajo la forma de momentos para ti y de sesiones de terapia y/o coaching personal. Para alcanzar tus metas sin desgaste, sólo necesitas una planeación estratégica saludable. Para hacer realidad tus ambiciones sin estrés, también es preciso activar tu poder y liberar tu potencial, soltando lastres para agarrar vuelo: quitar lo que sobra antes de poner lo que falta.
4. No sólo alcanzas metas: liberas tu potencial
Una planeación saludable y ambiciosa no puede dejarte atrás en términos de salud, de bienestar, de crecimiento y de realización gracias a la reciprocidad sobre la cual se diseña: tú la nutres a ella desde quien eres y ella te nutre a ti respetando quién eres (punto 1) y al balance que procura entre gestión de tiempo y gestión de energía (punto 2), Como por otra parte incluye actividades dedicadas a liberarte de todo lo que interfiere entre tú y tus metas – ladrones internos y externos de tiempo y energía – (punto 3) hace que poco a poco nada ni nadie puede ir coartando tu poder personal y tu potencial. De esta manera, no sólo te brinda una hoja de ruta hacia la metas que tienes en mente para tu negocio sino que se convierte finalmente también en camino de crecimiento y transformación para ti.
La planeación estratégica tradicional – mal gestionada – se puede convertir muy rápidamente en agente de angustia, estrés y estancamiento para una emprendedora como tú.
Te lleva a gestionar el tiempo (y tu negocio por cierto) como si fueran elementos desvinculados de ti misma. Sin embargo, a la hora de planear, lo que necesitas gestionar no es el tiempo sino tu tiempo y no es cualquier negocio sino tu negocio.
Por otra parte, quien planea es la misma persona que debe de beneficiarse de dicha planeación: en otras palabras, tú… porque tu negocio es una extensión de ti, una de las tantas manifestaciones de tus sueños y ambiciones. ¿Porque aferrarte a un método que – pasada la fase de arranque de tu emprendimiento – no te beneficia ni te potencia? Necesitas algo más y necesitas algo mejor.
Una buena planeación puede marcar un antes y un después en la historia de tu emprendimiento, siempre y cuando la diseñes respetando algunos principios rectores como
- la consciencia (autoconocimiento, y autoaprendizaje; ver qué necesitas, qué es importante y prioritario para ti; saber qué te funciona)
- la libertad y sus tomas de decisiones consecuentes (de darle a tu negocio un impulso mayor o menor, de priorizar tu vida familiar un tiempo o de pasarla al segundo plano, de bajar el ritmo para mejorar tu salud o de mejorar tu salud para aumentar el ritmo, etc)
- la responsabilidad (hacia ti y hacia tu empresa; la planeación es proactividad y liderazgo personal en movimiento: si no es tu fuerte, incluye un entrenamiento en tu planning )
- la confianza (tienes que apostar por ti misma, confiar que harás lo necesario y incluir en tu planeación todo lo que te facilitará el camino en este rubro)
- la coherencia, principio y fin de una planeación saludable realmente ambiciosa (todas tus acciones han de estar alineadas con tus objetivos y vice-versa)
Diseñar una planeación saludable que te lleve al siguiente nivel es apostar por un crecimiento íntegro sostenible en el tiempo. Es apostar por un emprendimiento saludable y potente y una vida personal estimulante y placentera.
Requiere algo de tiempo la primera vez y el acompañamiento de un profesional del coaching puede serte de gran ayuda, precisamente porque te permite dar con tus propias estrategias y fortalecer cada uno de los principios rectores necesarios para sostenerlas en el tiempo.
Así que cuéntame ¿Lista para unir éxito y bienestar y planear tu proyecto empresarial con este método saludable y potenciador? Será un placer para mi acompañarte.
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