El círculo virtuoso del Emprendimiento Saludable

Isabelle Lecurou

Un emprendimiento saludable es un emprendimiento que sostienes priorizando el cuidado de tu salud tanto física como mental y emocional. Lo interesante de este planteamiento es que no solamente tiene un impacto positivo en ti y en tu negocio sino también en tu entorno inmediato (clientela, colaboradores, familiares y amigos). Obviamente exige ser muy atenta y proactiva en cuestiones que pueden parecer externas al desarrollo y crecimiento de tu negocio – como tus niveles de consciencia o de energía, la calidad de tu espacio mental, tu inteligencia emocional, tu estilo de vida – pero que en realidad tienen un impacto brutal en el mismo.

El Emprendimiento Saludable no es ni mucho menos un modelo de negocio sino una manera de pensar y sostener el proceso que permite desarrollar un negocio. Suelo hablar de enfoque; también podríamos hablar de filosofía… como sea, se trata de un planteamiento desde el cual el emprendedor o la emprendedora toma la decisión – consciente y deliberada – de llevar su emprendimiento cuidando su equilibrio interno y externo a fin de desarrollar un proyecto profesional que le permita conciliar éxito y bienestar.

Lo bueno de este enfoque es que nunca es tarde para hacerlo tuyo: puedes implementarlo de igual manera si apenas estás arrancando tu emprendimiento o si llevas ya un tiempo con tu negocio. Sólo es cuestión de que te regales un día o dos de introspección y planeación – apoyándote en mi Guía de Emprendimiento Saludable -, que actives de esta manera las cuatro palancas que te voy a compartir a continuación y que sigas nutriendo el círculo virtuoso que precisamente vas a poner en marcha al hacerlo.

Un círculo virtuoso es un bucle de retroacción positiva: lo que causa un beneficio también se beneficia de lo que causa, nutriendo de esta manera una dinámica constante, creciente y virtuosa (positiva, provechosa). Por ejemplo, podemos decir que ahorrar te hace disponer de más dinero y que a su vez tener más dinero te permite ahorrar más, lo cual a su vez aumenta tu riqueza. Pasa lo mismo con la confianza: confiar en tí te permite tomar acción y tomar acción aumenta tus niveles de confianza, gracias a lo cual te es cada vez más fácil tomar acción. Causa y efecto se nutren y potencian mutuamente.

Eso es lo que pasa precisamente con el Emprendimiento Saludable: lo que te esfuerzas en implementar desde un principio es lo mismo que cosechas después pero multiplicado, reforzado, potenciado… y así conforme vayas manteniendo esta dinámica.

Los 4 grandes beneficios de un Emprendimiento Saludable

¿Qué puedes esperar de esta enfoque? ¿Por qué lo harías tuyo? En mi experiencia, liderar tu proyecto empresarial con esta filosofía en mente te brinda cuatro grandes beneficios (más allá de unos mejores niveles de salud y bienestar, lo que en sí no es poca cosa), los cuales tienen un impacto positivo no solamente en tu vida profesional sino también en tu vida personal.

Esos beneficios son: mayor libertad, mayor eficiencia, mayor disfrute y mayor balance.

Mayor libertad

Una Emprendedora Saludable tiene muy claro lo que quiere y lo que no y se asegura de obtenerlo mediante un proceso que respeta sus términos y sus prioridades.

No compra visiones empresariales o rutas de éxito que no le corresponden ni tienen sentido para ella y tampoco le interesa copiar tal cual Estilos de Vida (Lifestyle) y de Trabajo (Workstyle) que no son coherentes con sus propias valores, circunstancias y aspiraciones. Es independiente, libre y por ende liberada de los conflictos internos que le generarían el querer adecuarse a modelos y formatos que no le corresponden.

En consecuencia, su marca y negocio tiene una identidad sumamente fuerte y diferenciada que le permite conectar de manera fluida y natural con su comunidad y clientela. Por otra parte, no se posiciona desde la competitividad sino desde el liderazgo, lo cual le permite mantenerse relajada, enfocada, en lo suyo y por supuesto, inmune al desgaste y el estrés que suelen generar un crecimiento y posicionamiento tradicional.

Mayor eficiencia

Una emprendedora saludable ha aprendido a tomar acción y a hacerlo de manera fluida y placentera, transformando los obstáculos en desafíos y los errores en aprendizajes.

De esta manera, no solamente obtiene resultados sino que lo hace mediante un proceso relajado (flow), incluso cuando requiere de mucho trabajo. La razón principal de esta capacidad de acción y alcance radica en que la Emprendedora Saludable ha logrado conciliar dos aspectos fundamentales de su identidad profesional: el de corazón de una marca, comprometida en dar espacio a sus aspiraciones, sus necesidades, su voz propia y el de dueña de un negocio, comprometida en conseguir clientes e ingresos. Dicho de otro modo, no le dio la espalda ni a su realidad interna ni a la realidad en la cual se mueve. Por otra parte, ha sabido diseñar e implementar todo un sistema – un Estilo de Vida y de Trabajo – que la mantiene energizada y relajada, motivada y concentrada, enfocada y en movimiento hacia las metas que se ha fijado.

En consecuencia, su marca y negocio crece de manera sostenida y armoniosa. A diferencia de otras emprendedoras que sufren altibajos físicos y emocionales abruptos (que, de repetirse, llegan a mantenerlas exhaustas y estancadas), ella se apoya en una dinámica de crecimiento pausada, constante y persistente. 

Mayor balance

Como Emprendedora Saludable, defines tus metas como el proceso que te lleva a ellas respetando al 100% tu ecología es decir tu equilibrio interno y externo.

Escalas tu negocio desde la congruencia (de manera alineada con tus deseos, valores y propósito), no desde el sacrificio o el conflicto interno. Dicho de otra manera, impulsas el crecimiento de tu negocio desde el autoconocimiento, el autocuidado y el auto respeto y logras mantener de esta manera un fuerte equilibrio interno: te sientes relajada, concentrada, enfocada, lista para disfrutar, gestionar o superar lo que se presente. Y como implementas además un proceso saludable para alcanzar tus metas, vas aumentando sobre la marcha tus niveles de energía y motivación, lo cual te permite ser más eficiente y liberar más tiempo para ti y para los tuyos. 

En consecuencia, tu marca y negocio es decir tu proyecto empresarial como tal se imbrica perfectamente – de manera natural y armoniosa – en el conjunto de tu proyecto de vida: no se contradicen, no entran en conflicto sino que se retroalimentan e impulsan mutuamente, dándote esa sensación de equilibrio y balance propia de un emprendimiento saludable. En términos de salud física, mental y emocional, los beneficios son muchos evidentemente (relajación, seguridad, confianza, bienestar, paciencia, serenidad); en términos de negocios, te brinda una seguridad y fortaleza que te permite posicionarte gracias a un trabajo de fondo y una comunicación potentes e inspiradores: eres el vivo ejemplo de que existe otra manera de tener éxito.

Mayor disfrute

Hablando de inspirar (y motivar) a tu comunidad y clientela… puedo decirte que este cuarto beneficio de un Emprendimiento Saludable será para ti un importante factor de diferenciación (además del bienestar que te brindará): la mayoría de las emprendedoras parecen sufrir su emprendimiento, padecerlo en lugar de liderarlo. Si haces tuyo el enfoque de un Emprendimiento Saludable, créeme que lo primero que harás será disfrutarlo.

La ecuación es muy sencilla ¿Cómo no vas a disfrutar un proyecto que tú has diseñado de principio a fin, cuidando de fijarte metas que te estimulan, productos y servicios que te entusiasman, clientes que te emocionan, actividades y estrategias que te impulsan y un estilo de trabajo enfocado, concentrado, relajado y eficiente (flow)?

El Emprendimiento Saludable es un emprendimiento placentero, que te brinda mucha satisfacción y alegría, a pesar de las dificultes, de los errores y de los desafíos que conlleva, como cualquier otro emprendimiento. En consecuencia. tu marca y negocio se posiciona poco a poco en el mercado como proveedora de lo mismo: disfrute, bienestar, paz, claridad, relajación. Tu clientela te buscará precisamente para lograr lo que tú misma manifiestas no solamente mediante tu comunicación (personal y de marca), en tus productos y tus servicios sino también mediante tu postura: la postura de una emprendedora saludable, relajada, confiada y feliz.

Cómo activar el circulo virtuoso

Ahora bien ¿Cómo alcanzar ese grado de libertad, eficiencia, equilibrio y disfrute  propios de un emprendimiento saludable? Ya lo habrás adivinado, haciendo uso, desde este mismo momento, de los mismos.

No importa en qué niveles de libertad o eficiencia te encuentras el día de hoy; lo único que importa es que ya dispones de todo lo necesario para aumentar esos niveles:

  • ya eres libre de hacer de tu emprendimiento lo que tú quieras: define o vuelve a definir tus metas, tu proceso, tus prioridades, tus sueños. Toma un papel o mejor aún, descarga mi Guía, y toma el tiempo de escucharte. Ese trabajo de introspección es lo que marca la diferencia porque sólo desde la introspección puedes tomar acciones alineadas, eficientes, saludables. El cambio no se hará si no tomas acción pero tus acciones seguirán siendo ineficientes (en resultados e impacto) si sigues ignorando por qué y para qué las estás tomando.
  • ya tienes la capacidad de ser más eficiente: tus metas son importantes pero la calidad del proceso que te llevará a ellas es crucial: define cómo quieres lograr lo que quieres lograr y busca las estrategias que mejor respetan ese cómo tuyo. Aprende a desechar poco a poco metodologías, estrategias o hábitos que no van contigo y a sustituirlos por tu propio sistema de vida y de trabajo. Muchas veces lo tendrás que crear tú misma (con un coaching se te hará muy fácil y placentero, de hecho) pero puedes empezar inspirándote en lo que hacen otras emprendedoras o empresarias y experimentarlo un tiempo: si te funciona, bien; si no, no pasa nada: sólo enfócate en dar con lo que a ti te permite alcanzar tus metas manteniéndote saludable. Es un proceso. Tómalo como un juego, una aventura y ¡diviértete!
  • El balance ya está en ti; sólo es cuestión de que “te hagas caso”: deja de entrar en conflicto contigo misma: alinea tu vida y tu negocio con quien eres, lo que quieres y necesitas. El balance interno y externo se nutren mutuamente: si consigues planear tus días de manera que logras cierto equilibrio entre tu vida personal y profesional, esto tendrá un impacto positivo en tu espacio interno. Pero lo contrario también es cierto: si estás relajada y en paz, un poco de desorden afuera no te importará de más. Una planeación ecológica te permite cuidar ambos aspectos. 
  • ¿Apuestas por el disfrute?¡Felicidades! ¡Brindo por eso! Empieza ahora mismo a detectar dónde y de qué manera puedes inyectar una buena dosis de placer, satisfacción, alegría, entusiasmo en cada rubro de tu negocio. Empieza con cosas sencillas como adornar tu espacio de trabajo o definir con precisión el perfil de tu cliente ideal; trabaja en los horarios que te son más naturales; delega las actividades que no te brindan satisfacción (y no solamente en la oficina; en casa también). ¡Sé creativa!

Activa el circulo virtuoso del Emprendimiento Saludable introduciendo en tu vida y en tu negocio – sin prisa pero sin pausa, micro acción tras micro acción – lo mismo que puedes lograr con este enfoque: más libertad, más eficiencia, más balance y más disfrute.

Porque una vez que el circulo se ponga en marcha – y mientras estés atenta en alimentar su dinámica, a mantenerte en movimiento y a fortalecer esos cuatro pilares  – te brindará cada vez más de lo que le estás dando.

Entonces ¿qué me dices? ¿Te unes al movimiento de un Emprendimiento Saludable? 

Mini guía de Emprendimiento Saludable para Emprendedoras Ambiciosas

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