Fases y Transiciones de Vida – Invierno – Cómo transformar esta fase de retiro en oportunidad de transformación

Isabelle Lecurou

Te encuentras en esta fase si…

   La tristeza es la emoción que prevalece actualmente en tu estado de ánimo a lo largo del día. Tu energía es extremadamente baja: estás agotado/a, sin resorte, sin ganas… La melancolía, la nostalgia, un sentimiento de abandono y desaliento alternan con momentos fugaces de ira, indignación o exasperación en contra de los demás, de tus circunstancias pasadas o presentes y por último en contra de ti mismo/a. 

   Pero por lo general tiendes más bien a huir, a cortar vínculos y relaciones y a reducir tus compromisos al máximo. A veces te gustaría poder reaccionar y hacer lo necesario para mejorar las cosas pero no puedes hacerlo: no tienes ni la fuerza ni la motivación para hacerlo.

   Tu vida ya no te satisface ni estimula pero tampoco logras visualizar lo que quisieras a cambio o cuando lo logras, lo que deseas te parece simple y sencillamente inalcanzable.

  El Dr. Hudson, autor del modelo que estoy usando para esta serie de artículos sobre el Ciclo de Cambio (1), llama esta fase “Cocooning”. En español generalmente aparece bajo el nombre de “Desconexión”. Por mi parte, prefiero sin lugar a dudas el término inglés original porque refleja perfectamente la ambivalencia de este gran y magnífico Período de Transición. Se trata en efecto de un periodo de retiro y desconexión del propio entorno – experimentado como estresante y/o doloroso – pero se trata también de un periodo de gestación y transformación, desde lo más profundo de tu ser: el capullo (cocoon) pronto se transformará en una hermosa mariposa.

   Pero cómo lograr esta metamorfosis? Cómo transformar este período de infinita tristeza en un período de intenso crecimiento? Qué hacer en semejantes circunstancias para abrirse nuevamente al mundo y a la felicidad de ser, de vivir, de crear, de compartir y de amar? Por dónde empezar? A qué aspirar?

   Esto es exactamente lo que te voy a mostrar en este artículo después de explicarte brevemente en qué consiste esta fase y por qué te toca experimentarla el día de hoy. 

¿Por qué estás en esta situación?

   Estás en esta fase a raíz de un evento que ha marcado un punto de quiebre en tu vida. Este evento puede ser muy antiguo (2) o relativamente reciente; puede haberte marcado de manera consciente o sin que te hubieras dado cuenta del todo (3); puede tratarse, de hecho, de un evento feliz pero como sea, es algo que marcó claramente un antes y un después en tu vida.

   La pérdida de un ser querido, una enfermedad, un divorcio, un accidente, el abuso son, entre otros ejemplos, circunstancias que reconocemos espontáneamente como desestabilizadoras y/o traumáticas.

   Sin embargo no son las únicas: convertirte en padre o en madre (4), irte a vivir a otro país o regresar a tu país después de décadas de expatriación, retirarte de la vida laboral o terminar tu carrera universitaria, dejar un empleo para crear tu propia empresa o cerrar tu empresa y regresar a un empleo tradicional también son experiencias que pueden llegar a sacudir los cimientos de tu identidad y desorientarte en cuanto a cómo conectar con tu propósito y proyecto de vida.

   En efecto, estas circunstancias requieren de ti un reajuste profundo pero sobre todo rápido de tus roles fundamentales (hijo, padre, esposa, estudiante, empleado, emprendedor…) y de todo lo que involucra en cuanto a tu Identidad Profunda (creencias, valores, necesidades). Y lo más probable es que no estabas listo/a para hacerle frente a un cambio tan drástico (5).

   Por lo tanto, te invito en primer lugar a determinar cuál fue tu punto de ruptura y a visualizar  y sentir cuán profundamente ha cambiado tu vida desde entonces.

Éste será tu principal desafío en esta fase: aceptar que las cosas han cambiado de manera irremediable es decir emprender y llevar a cabo un verdadero proceso de duelo.

   Y para lograrlo de manera sostenible, exitosa y respetuosa de tu estado actual, vas a llevar a cabo este proceso trabajando en dos frentes:

  1. recobrando tus fuerzas
  2. acudiendo a profesionales

Primera consigna

Recobra tus fuerzas

  El día de hoy, eres una persona agotada física, mental y emocionalmente que por motivos propios – que no te toca cuestionar por el momento y mucho menos lamentar –  no ha podido hacer frente al impacto de alguna circunstancia o evento. Trabajarás en entenderlo y resolverlo en su momento pero por ahora, tu prioridad es recuperar fuerzas.    

No intentes resolver nada todavía. No planifiques ni programes nada que no te encamine hacia este único objetivo: elevar tus niveles de energía. Tienes mucho que hacer en este rubro así que todo lo demás puede esperar.

  La pregunta que debes hacerte por lo tanto a partir de ahora es ésta: ¿qué puedo hacer muy concretamente para fortalecer mi organismo, fortalecer mi mente y calmar mi mundo interior?

   Aquí hay algunas pistas:

  1. Haz de tu espacio vital – lugar de vida y de trabajo – un espacio acogedor y cálido. Para lograrlo, apóyate en tus cinco sentidos y rodéate de materiales, colores, perfumes y sonidos que te transmiten lo que más necesitas en este momento: paz, serenidad, bienestar, armonía, confianza, seguridad…

  2. Haz de tu mundo interior un lugar de calma y de benevolencia:  toma poco a poco el control de tus pensamientos y aleja de tu mente los que te agobian y te limitan. Cultiva en su lugar pensamientos agradables, motivadores y tranquilizadores. Acude a  recuerdos felices y conecta nuevamente con los sueños de tu infancia. Lee, escucha, mira, experimenta lo que te hace feliz y lo que te hace sentir bien. Trabaja de esta manera en nutrirte poco a poco con emociones y sensaciones positivas, estimulantes y placenteras.

  3. Cuida al máximo tus necesidades fisiológicas: dieta, ejercicio, descanso, relajación, oxigenación… te conviene ser activo/a y proactivo/a en estos temas pero nunca olvides cuál es tu prioridad y cuál es tu objetivo: recuperar fuerzas. Así que adapta tu rutina al respecto y no pretendas seguir yendo a clase de spinning – aunque hace dos años te encantaba – si ahora estás agotado/a a mitad de la clase! Me explico? Lo que te funcionaba antes probablemente ya no te funciona el día de hoy y te toca buscar una rutina y un estilo de vida adaptados a tu situación actual.

  4. Libera tiempo para ti: la vida profesional suele ser un gran vampiro energético así que si puedes, tómate un año sabático o solicita un medio tiempo. Planea tu proyecto empresarial de tal manera que puedas bajar el ritmo un tiempo y delega todo lo que puedes delegar. Como sea: libera tiempo para ti, para descansar, reflexionar,  distanciarte de ciertas personas y circunstancias y para poder comenzar a trabajar en tu nuevo proyecto de vida una vez que hayas recobrado tus fuerzas.

  5. Distánciate de tu rutina diaria: siempre que te sea posible haz viajes cortos, lejos de tus circunstancias actuales y que te permitan distanciarte de tu vida diaria. Esto no solamente te ayudará a relajarte sino que también te permitirá detectar ciertos hábitos, ciertos comportamientos o formas de pensar tuyas que te limitan, agobian y participan de tu estado actual. Una vez de regreso a casa, sabrás exactamente en qué enfocar tus esfuerzos y a qué darle un cambio.

  De una manera general, procura simplemente poner el placer en el centro de tu vida: en lo que comes, en tus lecturas, en tu trabajo, tus relaciones o tus pasatiempos …

El placer es un combustible poderoso, ecológico e indefinidamente renovable que te apoyará sin falta en tu búsqueda de bienestar, felicidad y realización plena.

   Así que no esperes: toma acción aquí y ahora. No se trata de exigirte de más sino de cuidarte y fortalecerte, paso a paso, nutriendo tus necesidades, desbaratando tus limitaciones y recobrando la energía física y mental que te hará falta para activar la transición hacia la siguiente fase.

Segunda consigna

Busca ayuda profesional

   La fase Invierno es una gran Transición de Vida, una invitación al cambio y a la transformación, no para convertirte en otra persona sino para acercarte aún más a quien eres profundamente, a la autenticidad y unicidad de tu ser.

   Semejante proceso tiene sus reglas, sus hitos y es muy importante respetar cada uno de ellos para proteger tu equilibrio y tu bienestar y asegurarse de que se está realmente convirtiendo en un proceso de crecimiento y realización para ti. Por lo cual es absolutamente necesario en esta fase acudir a personas que estén capacitadas en estas cuestiones y que sean expertas en los temas que te importan, preocupan y limitan en la actualidad

   Pero ten claro a quién acudir, cuándo y para qué.

1 – Un terapeuta,

para hacer el duelo de lo que ya no es

   Tus circunstancias han cambiado, tú has cambiado y esto es irremediable. No hay marcha atrás. Tendrás que trabajar en aceptarlo para poder avanzar y retomar las riendas de tu proyecto de vida pero sé que te estás haciendo muchas preguntas al respecto:

  • Cómo lograrlo?
  • Cómo decirle adiós a lo que era tan importante para ti?
  • Cómo cerrar este ciclo?
  • Por dónde empezar?
  • Cómo saber lo que se queda y lo que hay que dejar ir?
  • Cómo llegar a una verdadera y profunda aceptación de este cambio?

   Este proceso – fundamentalmente orientado hacia el pasado y enfocado en sanar y resolver tu relación con tu pasado – pertenece al campo de la terapia y es fundamental que te brindes este espacio de reflexión y dialogo interno.

   Toma el tiempo de comprender, sanar y aceptar para poder soltar lo que ya no tiene cabida en tu vida actual y futura. Pero para eso tienes que respetar el ciclo del duelo y sólo un profesional sabrá acompañarte y apoyarte para que lo puedas lograr de manera fluida y saludable. 

   De este primer trabajo con un terapeuta saldrás muy apaciguado/a, sin más tensiones o ansiedades y totalmente abierto/a a nuevas posibilidades.

2. Un coach profesional

para construir lo que será

   Al final de la terapia te encontrarás probablemente en una especie de limbo algo desconcertante: liberado/a de lo que te ataba al pasado, no lograrás saber o ni siquiera imaginar lo que te depara el futuro.

  Aquí es precisamente donde el Coach entra en acción: orientado hacia el futuro, el Coaching te ayudará a visualizar pero también a escribir y planear muy concretamente el nuevo capítulo de vida que se avecina para ti. Pero hay más! Ese trabajo de diseño y escritura se realizará sobre nuevas bases, mucho más sólidas y alegres que las que habían sostenido tu vida hasta ahora.

   En efecto, gracias a todo el trabajo realizado con tu terapeuta y con tu coach, habrás aprendido a definir, detectar y sobre todo activar todo lo que tiene sentido para ti, lo que te permite ser tú mismo/a y te ayuda a realizarte de manera segura y placentera. En otras palabras, sabrás con mucha más claridad lo que es correcto para ti, lo que te motiva y lo que te hace feliz. Esto te brindará una gran confianza en ti y en tu futuro y por lo tanto un tremendo poder de acción. Estárás más que listo/a para integrar la fase siguiente.


   Como bien te lo puedes imaginar, te comparto en este artículo la descripción sumamente esquemática de un proceso mucho más complejo y específico para cada persona que lo experimenta. Sin embargo, espero haber respondido a las preguntas esenciales que sin duda te estás haciendo si te encuentras actualmente esta fase: ¿qué me está pasando? ¿A qué se debe? ¿Podré solucionarlo? ¿Volveré a ser feliz?

   Y si me leíste atentamente, sabes que la respuesta a esta última es definitivamente sí. No existe ningún motivo para que te quedes atascado/a indefinidamente en esta fase. Sólo se trata de un paso entre otros. y ahora sabes qué hacer para seguir avanzando y para activar en tu beneficio la siguiente fase: una luminosa, calurosa y brillante Primavera. ¿Qué esperas para tomar acción?


  1. Cf. Frédéric. M. Hudson Ph.D, The Handbook of Coaching, San Francisco, 1999.
  2. En consecuencia puede ser que te encuentres como atascado/a en esta fase desde hace mucho tiempo o que la activaste últimamente porque alguna experiencia reciente te volvió a conectar con este antiguo trauma.
  3. El proceso natural de envejecimiento llega a desestabilizar a muchas personas que no están preparadas ni dispuestas a aceptarlo y a procesar en su beneficio los cambios correspondientes.
  4. La llamada depresión post partum es un excelente ejemplo de evento feliz – cuando deseado y preparado – que puede sin embargo tener un impacto sumamente estresante.
  5. No todos reaccionamos de la misma manera frente a un mismo evento. Ni siquiera nos impacta de igual manera una experiencia similar cuando la vivimos en diferentes épocas de nuestras vida. El punto es que si haces un profundo trabajo de introspección y autoconocimiento con tu terapeuta y tu coach, serás mucho mejor preparado cuando te toque nuevamente hacer frente a una circunstancia dificultosa o traumática.

Deja un comentario

Deja un comentario