Fases y Transiciones de Vida – Otoño – Cómo superar esta fase de frustración y estrés

Isabelle Lecurou

Te encuentras en esta fase si….

…llevas varios meses experimentando cierta sensación de malestar e insatisfacción. De hecho tiende a empeorar ultimamente y tu estado mental y emocional oscila entre enojo y desaliento, frustración y resignación. El entusiasmo, la motivación y la alegría que te impulsaban en la fase anterior ya te han abandonado totalmente o sólo están resurgiendo de manera esporádica y poco efectiva.

Ves constantemente el vaso medio vacío: tu relación con tu pareja ya no te parece tan estimulante, tu proyecto empresarial ya no te motiva como antes, tu estilo de vida te parece rutinario y limitado. Sea cierto o no, no encuentras en tu entorno nada ni nadie en que apoyarte, nadie que te entienda, nadie que te motive lo suficiente como para salir del bache en el cual te encuentras. Tu día a día es una mezcla de abatimiento y aburrimiento.

Te sientes atrapado en una situación a la cual no ves salida alguna. Te la pasas rumiendo y quejándote, criticando a los demás y justificando tu situación y estado de ánimo actuales apelando a circunstancias externas (el mercado, la competencia, la situación política, el clima si acaso). O bien, lo que es peor todavía, te aguantas, finges que todo está bien y que puedes con todo, reprimiendo de esta manera cualquier manifestación de impotencia y frustración. Te sientes triste y enojado, experimentas miedo probablemente, pero te niegas el derecho a manifestarlo.

Como consecuencia, tus niveles de energía están cayendo a pique y tu estrés va en aumento. Te enfermas fácilmente: resfríos a repetición, dolores de cabeza, de estómago o de espalda, padecimientos crónicos cada vez más agudos (asma, colitis, migraña…). Estás tan agotado/a que no logras activar ni la mitad de tu potencial y tu capacidad de creación y ejecución está muy reducida.

Lo cierto es que esta fase puede ser muy larga si no actúas rápidamente. Algunas personas incluso permanecen ahí de por vida:
siempre cansadas, frustradas y estresadas.

La buena noticia es que no tiene que ser así y te comparto a continuación algunas claves para que puedas llevar a cabo los ajustes o los cambios necesarios para poder reactivar tu Proyecto de Vida. Pero déjame primero explicarte por qué te encuentras en esta situación.


¿Por qué estás en esta situación?

Activaste inconscientemente esta segunda fase mediante un proceso de “desincronización”.

Tu vida – o parte de ella –  ya no es congruente, alineada, con lo que es realmente importante para ti: tus valores, tus aspiraciones y ambiciones, tus necesidades.

En la fase anterior (Verano o fase de Lanzamiento) estabas feliz y entusiasmado/a porque el proyecto que estabas lanzando era la manifestación de tus deseos más profundos (casarte, ser emprendedor/a, investigador/a,  empresaria o artista, construir tu casa, irte a otro país) y estaba en sintonía con tus valores fundamentales (familia, sabiduría, libertad, ambición, solidaridad… la lista es larga).

Pero el día de hoy ya no es el caso y la vida que llevas (o parte de ella, como tu profesión, tu relación de pareja o tus compromisos sociales, por ejemplo) ya no corresponde ni respeta lo que es verdaderamente valioso para ti y por lo tanto, no te hace sentir bien, a gusto, realizado/a.

 Esto no significa necesariamente que tu profesión o tu relación de pareja ya no son los “correctos” sino que hay algo en estas áreas de tu vida que ha dejado de funcionar para ti y a lo cual tienes que dar un cambio.

Es hora, por lo tanto, de hacerte cargo del asunto, de buscar y definir de qué se trata exactamente y de restablecer el equilibrio perdido para regresar a la fase anterior.


Paso 1

Restablecer el equilibrio

   Como te lo comentaba en el artículo anterior, el principal riesgo de una Fase de Verano mal negociada es el desequilibrio y este desequilibrio es el que te ha llevado podo a poco a entrar a la fase 2. Para restablecerlo y regresar a una vida estimulante y satisfactoria, basta a veces con detectar y corregir los diferentes puntos que generan este desbalance. Pero para lograrlo, es fundamental primero que nada tomar el tiempo de recargar las pilas.

Te comparto a continuación 6 pasos para lograrlo de manera efectiva y duradera:

  1. Descansa: descansa tu cuerpo y tu mente. Duerme, medita, camina en el bosque o junto al mar, toca música, lee… haz lo que sea, pero que sea lo mejor para ti en este sentido. Desconéctate de todo lo que te cansa (tanto literal como figuradamente) y vuelve a conectarte contigo mismo con placer y amabilidad.
  2. Recobra fuerzas: aprovecha la oportunidad para averiguar si tu estilo de vida, tu rutina de trabajo así como tu entorno profesional y personal te permiten respetar y nutrir adecuadamente tus necesidades fisiológicas. Duermes lo suficiente? Duermes bien? Estás descansando lo suficiente? Tu dieta sostiene correctamente tu estilo y ritmo de vida y de trabajo? Haces suficiente ejercicio? El tipo de deporte que practicas satisface tus necesidades actuales? Cuáles son tus prácticas en términos de relajación? Son efectivas? Estas preguntas y muchas más puedes hacerte para evaluar tu calidad de vida, detectar lo que ya no te funciona y poner en marcha todo lo que te hace sentir bien, te hace sentir feliz, te da fuerza y ​​te permite nuevamente sostener en el tiempo el proyecto profesional y/o personal que lanzaste en la fase de verano.
  3. Sal de la rutina: vete a pasear los fines de semana, sal de vacaciones, viaja! Inscríbete en algún curso o taller, experimenta un nuevo deporte, aprende a tocar un instrumento, estudia un idioma, una técnica de dibujo… lo que sea que reactive tu cerebro y le ponga brillo a tu vida.
  4. propicia el calor humano en tu vida: pasa tiempo con familiares, amigos y colaboradores que te brindan relaciones cálidas y afectuosas.  Observa quien te rodea y empieza a poner límites y a alejar esos vámpiros energéticos que son las personas negativas y tóxicas. Necesitas que te apoyen, motiven y respeten y te conviene rodearte de personas que te dan ganas de hacer lo mismo para ellas.
  5. Pasa tiempo contigo mismo: escúchate, dialoga paciente y amablemente contigo mismo como lo harías con un niño abrumado y cansado: qué está pasando? Cómo te sientes? Qué necesitas? Te puedo ayudar en algo? Qué quieres que haga?  
  6. Revisa tus prioridades y organízate en consecuencia: los clientes que acompaño en esta fase ya no tienen claridad en cuanto a su proyecto de vida o a su proyecto profesional. Como consecuencia,  terminan perdiendo mucho tiempo en tareas secundarias o, peor aún, cargando con obligaciones y responsabilidades ajenas (de su familia, de su equipo, de sus clientes) ¿Te suena? Una vez que hayas descansado, te urge por lo tanto reconectar con tu visión y propósito para reconocer la ruta a seguir y ya no perderla de vista. Esto se llama tener foco y es esencial si quieres seguir creciendo y realizándote.

Paso 2

Despejar tu espacio mental

“Es absurdo pretender transformar lo que me rodea

manteniendo el mismo estado mental ”

Françoise Kourilsky

Todas las recomendaciones anteriores te serán útiles e incluso podrán ayudarte a resolver tu situación en unas pocas semanas. Sin embargo, esta resolución no puede ser significativa y duradera si no activas en un segundo tiempo un trabajo profundo sobre la calidad de tu mundo interior.

 De hecho, es precisamente aquí donde un un coach puede serte realmente  útil e incluso necesario, puesto que el trabajo sobre las creencias y sus manifestaciones en tu vida diaria es el corazón mismo de su disciplina y práctica. Por lo tanto, sabrá qué es lo que está bloqueando tu desarrollo, te ayudará a repensar los patrones mentales que limitan o detienen tu crecimiento y estará a tu lado cuando actives una a una todas las palancas de tu desarrollo personal y profesional.

 Pero mientras tanto, te voy a compartir nuevamente una serie de pasos que te ayudarán a serenar y fortalecer tu espacio y estado mental:

  1. Haz una pausa y observa tus pensamientos: en la fase Otoño, tiendes a deprimirte y terminas confundiendo tu estado de ánimo y los pensamientos negativos que lo provocan con la realidad en si:  lo que vives, lo que te rodea y lo que eres. Pero no eres tus pensamientos! Por lo tanto, es importante que tomes conciencia de esto y que veas tus pensamientos como lo que son: puntos de vista, suposiciones, generalizaciones, recuerdos, predicciones, miedos, interpretaciones…  construcciones de la mente.
  2. Anota tus pensamientos negativos:  sácalos de tu cabeza poniéndolos por escrito. Esto te evitará darles vuelta día y noche. De vez en cuando, lee tus apuntes, no más, y pasa a otra cosa (haz deporte, por ejemplo). El sólo hecho de pasarlos de tu mente a una hoja de papel te brindará algo de serenidad.
  3. Sácale provecho a tus creencias limitantes: pregúntate : en qué me es útil este pensamiento, esta creencia? Un pensamiento que traduce el miedo, por ejemplo, y que comúnmente traducimos por Stop! No va a funcionar! puede significar todo lo contrario:  Adelante! funcionará pero tienes que prepararte mejor que eso! 
  4. Cuida tu mundo interior: cultiva a diario pensamientos estimulantes, relajantes y constructivos. Como hacerlo? Puedes, por ejemplo, hacer la lista de todas las cosas/personas/experiencias/sensaciones… que te dan buenas razones para estar satisfecho y que te ayudan a ponerte en un estado mental constructivo, dinámico, feliz, entusiasta, afectuoso, confiado, tranquilo, paciente, pacífico, determinado, perseverante … tú eliges. Pueden ser libros, películas, espectáculos, personas… toma el tiempo de investigar lo que a ti te funciona y disfruta el proceso.
  5. Actualiza la imagen que tienes de ti mism@: si observas de cerca tu situación actual, realmente no ha cambiado mucho desde la fase anterior: sigues siendo la mamá o el papá de un bebé hermoso, tu negocio crece lento pero seguro, nadie cuestiona tu liderazgo y definitivamente has dado muchos pasos hacia delante desde el año anterior. Lo que ha cambiado, sin embargo, es cómo te evalúas y aprecias a ti mism@ en este proceso. Te juzgas constantemente y no precisamente de manera favorable: ponle un alto a esto porque de seguir así, vas a crear las condiciones idóneas para tu propio fracaso.

El ser humano tiene una fuerte tendencia

a comportarse tal y como se ve a si mismo.

Tenemos por lo tanto una gran responsabilidad

a la hora de elegir la manera en que nos miramos y consideramos

a nosotros mismos”

(Francoise Kourilsky)

Cómo proceder? Puedes empezar haciéndote las preguntas siguientes:

  • ¿Qué pensamientos tengo sobre mí?
  • ¿Qué representaciones, qué creencias?
  • ¿Cuál de estos pensamientos son cargas?
  • ¿Cuáles llevan mi vida en una dirección que no me gusta?
  • ¿Cuáles, por el contrario, amplían mis posibilidades?    

De esta manera recuperas el control de tus pensamientos y liberas tu mente de las reflexiones estériles y de las representaciones derrotistas y desalentadoras. Tu cuerpo se recarga de energía y se libera de los síntomas y de las tensiones. El estrés desaparece y regresan la alegría y el optimismo.

 Tu estilo de vida y tu rutina productiva, mucho más saludables y serenos y nuevamente adaptados a tus necesidades y a tus metas, te ayudan en fin a operar con éxito la mini transición que te lleva de regreso a la Fase de Lanzamiento, ese Verano luminoso y brillante desde el cual puedes vislumbrar el horizonte de todas sus posibilidades.


   Este artículo es el segundo de una serie de 6 artículos destacados sobre los Ciclos de Cambio y Crecimiento. Te recomiendo leer antes:

  1. Fases y transiciones de Vida – ¿En qué etapa te encuentras?
  2. Fases y Transiciones de Vida – Verano – Cómo aprovechar y fortalecer esta fase de vitalidad y alto desempeño

Deja un comentario

Deja un comentario