Fases y transiciones de vida – Otoño

Isabelle Lecurou

     Dime si me equivoco: tienes la sensación de estar atrapado/a y atascado/a. En algún momento que tal vez ni podrías especificar – o tal vez sí cuando corresponde a un acontecimiento muy concreto – te empezó a invadir una amarga sensación de declive, retroceso o estancamiento. No hay progresión, no hay desarrollo, no hay dinámica: todo o parte se quedó como congelado o petrificado en un algo poco placentero. Tu energía ya no fluye, tu motivación se desmoronó y sientes que perdiste el control ¿Qué puedes hacer?

   Dependiendo de tu situación exacta, de qué tanto has trabajado hasta ahora en tu desarrollo personal, en tu bienestar y en tu seguridad emocional, dos caminos se ofrecen a ti: operar una mini-transición que te permita regresar a la fase Verano o emprender una profunda y potente Transición de Vida, cuyo poder de transformación te llevará a una nueva y luminosa Primavera (1).

OPERAR UNA MINI-TRANSICIÓN 

    En el mejor de los casos, y como te lo había comentado en el primer artículo sobre este tema, experimentas esas sensaciones en una sola área de tu vida: tu carrera, tu profesión o tu vida en pareja o incluso tu desarrollo intelectual o espiritual. Algo se detuvo, algo ya no funciona y definitivamente no estás a gusto, no disfrutas de lo que haces o vives y ni siquiera confías en que te va a ir mejor un día. ¿Cómo terminar con esta desagradable sensación? Ya te urge hacer algo porque el desencanto, el hastío y la apatía que se apoderaron de ti en el área involucrada inicialmente te van a estar invadiendo por completo. La buena noticia es que con unos cuantos ajustes (y la ayuda de un buen Life Coach emoticon-feliz-guino-ojo ), vas a poder operar los arreglos necesarios para activar una mini-transición que te permita regresar a la fase de Verano. 

¿Cómo hacerlo?

      Lo primero que vas a hacer es detectar y definir con precisión qué es lo que ya no te funciona, es decir qué es lo que necesitas cambiar y mejorar. Digo con precisión porque todavía se trata de algo puntual, de un aspecto de tu vida, no de tu vida completa pero te sientes tan abrumado/a que tiendes a pensar que todo está mal.

   Así por ejemplo, puede ser que tú piensas que el problema es tu trabajo pero si lo piensas bien, tal vez te des cuenta de que en realidad tu insatisfacción surge solamente de un aspecto en particular de tu trabajo. ¿Cuál? Checa bien. Una vez que lo hayas identificado, pregúntate qué quieres a cambio, cuál sería una situación ideal. ¿Ya la tienes? Pues ése es tu objetivo, tu meta, el reto que vas a enfrentar y ganar, logrando de esta manera regresar a una fase más alegre y productiva. Así que ya ponte en marcha. Vamos ¡Manos a la obra! 

¿Qué actividades puedes implementar para favorecer esta mini-transición?

  • Primero que nada, atender tus necesidades básicas: descanso suficiente, alimentación equilibrada, ejercicio aunque moderado, buena oxigenación y relajación. Cuídate y mucho porque esta fase te generó estrés, cansancio y tu energía bajó muchísimo.
  • Sé benevolente y paciente contigo mismo. Date un respiro. Procura desconectarte un tiempo: vete de fin de semana, de vacaciones, de viaje; comunícate con tus amigos del alma, dedica tiempo a tus hobbies. Asegúrate de regresar a una sensación de equilibrio y bienestar y de subir poco a poco tus niveles de energía. Esto te dará fuerza y confianza para resolver lo que tienes que resolver.
  • Date gusto, simplemente, practicando actividades que disfrutas: bailar, nadar, hacer senderismo, tocar música, pintar, aprender un idioma nuevo, ir a ese nuevo curso de fitness o de cocina, inscribirte a ese taller de escritura….
  • Contrata a un coach que te ayude a detectar lo que necesitas cambiar, a definir qué quieres a cambio, a diseñar un plan de acción personalizado y a ponerte en marcha hacia tu objetivo.
  • Trabaja con un terapeuta: en sesiones individuales si tu estancamiento se debe a temas muy personales de tu pasado o en sesiones de pareja si ahí se encuentra el bloqueo que no te permite avanzar, progresar y crecer.

EMPRENDER UNA TRANSICIÓN DE VIDA 

     Pasemos al segundo caso. Por no haber reaccionado a tiempo en el caso anterior, por andar cargando con temas del pasado no resueltos ni sanados aun o porque acabas de sufrir un cambio demasiado drástico para el cual no estabas preparado/a (1), andas por la vida totalmente despistado/a, sin rumbo y sin ganas.

   El Dr. Hudson, cuyo modelo nos inspiró esta serie de artículos, denomina este capítulo de vida Desincronización. Y esto es exactamente lo que te pasa: ya no estás en sintonía con tus necesidades, tus aspiraciones, tus valores, tu yo profundo. En algún momento te partiste en dos: por un lado se fue lo que eres, tu esencia y por el otro lado están todos los roles que aceptaste desempeñar para complacer (bueno, eso crees) a los demás: estás como encarcelado/a en este disfraz y totalmente desconectado/a de tu identidad profunda. Andas por la vida desincronizado/a, desalineado/a, partido/a en dos o tres o cuatro… ¿Tiene sentido para ti lo que te estoy describiendo?

   Tus estados de ánimo oscilan entre tristeza y enojo, con una buena dosis de miedo. Tal vez ya te diste por vencido/a y te dejas llevar por el ritmo tedioso y triste de tu existencia.  O tal vez eres de esos guerreros que nunca abandonan el combate pero al no saber cuál es tu enemigo vas peleando con molinos de viento y te estás debilitando en el intento. El agotamiento y el estrés te están venciendo poco a poco y tu organismo empieza a pagar las consecuencias: dolores de cabeza, de estómago, de espalda, problemas en las articulaciones, alergias, sobrepeso… Tu cuerpo te manda señales, te está advirtiendo: “Ya detente, ya cuídate y recapacita: es hora de hacer un balance y de decidir qué cambios vas a hacer para mejorar tu situación”. Como coach, te invito en este caso a operar una verdadera Transición de Vida. Suena un poco fuerte ¿verdad? No tengas miedo: aunque no lo creas, se trata de una hermosa e inolvidable aventura.

     Hoy seré breve al respecto porque es un tema que volveré a tratar en otros artículos: la Transición de Vida va más allá de unos simples arreglos o ajustes en cuestiones específicas; se trata de abrazar tu realidad interior y exterior de manera integral, se trata de aprender a conocerte en profundidad, se trata de regresar a tu esencia y volver a apoderarte de tu identidad, de tus emociones, necesidades y sueños. Se trata de definir qué es lo que le da sentido a tu vida, cuáles son tus sueños, cuál es tu visión de tu vida. Es un proceso lento de introspección y reflexión – para el cual tienes que entrar en la fase de Invierno – y luego de aprendizaje, planeación y acción – que te harán detenerte un tiempo en la Primavera hasta regresarte a un nuevo, luminoso y caluroso Verano. Coaches y terapeutas llamamos este proceso la Travesía.

¿Qué actividades puedes implementar para favorecer esta Transición de Vida?

  • Siguen vigentes – y altamente recomendadas – todas las actividades relativas a tu salud y bienestar (ver arriba).
  • Si escoges trabajar con un terapeuta, lánzate en un proceso completo que te permita abarcar todos los temas que te interesa no solamente resolver sino también conocer y comprender.
  • Si prefieres trabajar con un coach, o si decides trabajar también con un coach, te sugiero buscar un especialista en Coaching de Transiciones de Vida: sabrá acompañarte con delicadeza y certeza en todas las etapas de tu transformación y proceso de auto-realización.
  • Si te es posible, toma un año sabático: de esta manera podrás romper tus esquemas rutinarios, dedicarte al 100% a tu crecimiento, aprovechar para experimentar uno que otro itinerario antes de decidir cuál es el tuyo y conservar suficiente energía para cuidar y disfrutar de tus seres queridos.
  • A solas o con ayuda de tu coach y/o de tu terapeuta, estás tomando una serie de decisiones drásticas pero esenciales para tu equilibrio y tu felicidad. Una vez que te decidas, sabes que será no negociable: cambiar completamente de tipo de trabajo, de religión, divorciar, casarte, tener hijos, no tener hijos, adoptar, irte a otro país, vivir plenamente tu homosexualidad… Algunas se podrán concretizar rápidamente, otras no tanto: sé paciente y tolerante contigo mismo/a y con las personas que amas y que te aman. Acuérdate de que estás en una fase que te ha debilitado bastante en cuestiones de salud, energía y autoestima así que toma el tiempo de prepararte, fortalecerte y sobre todo, conocerte.

   ¿Qué más crees que es importante hacer para acompañar un proceso tan delicado e importante? No dudes en compartir tu experiencia obsequiándonos tu testimonio en el área de comentarios. Tu contribución será de gran ayuda.

_____________

(1) – Cambios sustanciales dramáticos pueden ser la pérdida de un ser querido, un divorcio, un accidente, la pérdida de un trabajo, el exilio forzado (refugiados) etc. Pero otros cambios sustanciales pueden ser decisión nuestra, ser acontecimientos felices incluso y aun así generar un fuerte desequilibrio en nosotros: casarse, ser padre o madre, cambiar de país y cultura, jubilarse… pueden también desorientar y desestabilizar a cualquiera.

 

0 Comentarios

·

Deja un comentario

Deja un comentario