Las 5 habilidades de una empresaria eficiente y serena

Isabelle Lecurou

  Unir eficiencia y serenidad a la hora de liderar un proyecto y negocio (porque tu empresa es todo eso al mismo tiempo) puede parecer una propuesta bastante ilusa.

  Sin embargo es la principal aspiración de todas las empresarias con las cuales he trabajado últimamente, quienes acudieron a mí cuando entendieron que ya no estaban dispuestas a sacrificarse – entendamos sacrificar su salud y su vida personal – para mantener viable y próspera su empresa.

  Consideran y con toda la razón que ya han hecho mucho, están dispuestas de hecho a hacer mucho más porque tienen grandes ambiciones tanto para sí como para su empresa pero se niegan rotundamente a seguir desempeñándose con la misma rutina agobiante, desgastante y sumamente estresante que van implementando desde hace años o incluso décadas.

  Si te reconoces en ese breve retrato, te invito entonces a leer el siguiente post, en el cual te comparto  cuáles son las 5 habilidades que te conviene activar, desarrollar o potenciar para alcanzar altos niveles de eficiencia sin estrés y lograr de esta manera sostener el desarrollo y crecimiento de tu empresa cuidando y fortaleciendo al mismo tiempo la calidad de tu espacio personal.

No hay eficiencia sin serenidad

  Cuando te invito a trabajar en ti para lograr una eficiencia sin estrés o transformarte en una empresaria eficiente y serena, no estoy pretendiendo venderte que de ahora en adelante podrás dirigir tu empresa desde tu mat de yoga (aunque, pensándolo bien) o que alcanzarás resultados extraordinarios sin experimentar nunca jamás presión, preocupación, frustración o desaliento. 

Lo que sí en cambio te estoy prometiendo es que si potencias cada una de las 5 habilidades que te voy a exponer serás capaz de mantener la calma bajo presión y gestionar cualquier problema, dificultad o crisis con eficiencia y serenidad es decir encontrando rápidamente la mejor solución gracias a una mente concentrada, enfocada y relajada.

Como consecuencia, lograrás que ninguna dificultad, problema o crisis tenga en ti un impacto nocivo y desgastante, sea para tu organismo, sea para tu equilibrio mental y emocional o para tus habilidades y relaciones personales y laborales. Nuevamente, no te estoy diciendo que no tendrán impacto alguno pero sí te estoy afirmando que dicho impacto será mucho menor y de ninguna manera dañino o perjudicial.

Por lo tanto, al poder confiar mucho mejor en tu fortaleza y tu capacidad de gestión y liderazgo (sea en tiempos de crisis, sea en “temporada crucero”), te será mucho mas fácil bajar la guardia y liberar por fin tiempo para ti dentro y fuera de la esfera profesional.

La serenidad no es despreocupación; es inteligencia emocional. Es tener suficientemente valor y aplomo para tomar decisiones que te potencian tanto a ti como a tu empresa. Y todo esto se trabaja. ¿Empezamos?

Los 5 pilares de una eficiencia sin estrés

   He aquí tu hoja de ruta. Lograr un estado de eficiencia y serenidad tal y como te lo acabo de describir no se logra en un abrir y cerrar de ojos: es un camino, un proceso y estas son las diferentes etapas que te conviene tener en mente y ponerte como objetivos para recorrerlo con éxito.

Mantenerte enfocada

Mantenerte enfocada es ser capaz de nunca perder de vista tus metas pase lo que pase tanto dentro como fuera de ti. Es tener la mente tan clara y una capacidad de concentración tan alta que nada ni nadie puede interferir entre tú y tu meta del momento. 

En otras palabras, ni tus preocupaciones personales ni las circunstancias generales afectan tu capacidad de visualizar tu meta y de encaminar tu empresa (tu equipo, tus estrategias, tus acciones) hacia dicha meta. Y no porque eres algún robot con super poderes sino porque has sabido desarrollar esta habilidad lo suficientemente como para poder transitar con cierta facilidad en medio de todo lo que podría interferir entre tú y tu meta y generarte confusión o peor aún, desorientarte y hacerte perder el rumbo.

Piénsalo así; muchas empresas estancadas o en regresión son en realidad como enormes barcos a la deriva, sin rumbo ni destino porque nadie sabe hacia donde encaminarlos, ni siquiera quien los está capitaneando. Mantenerte enfocada es por lo tanto eso: tener muy claro adonde quieres ir, marcar ese destino en tu mapa mental – como un foco rojo que nunca pierdes de vista – y avanzar cuidando que nada se interponga en tu campo de visión: ni el cansancio, ni la preocupación, ni la frustración, ni el ruido externo, las expectativas y exigencias de terceros o situaciones ajenas a tu proyecto y meta. 

Cuando logres eso, entonces podrás experimentar la serenidad de quien se siente segura de llegar al destino pase lo que pase, cuales sean las dificultades y los contratiempos.

Desarrollar tu liderazgo personal y profesional

Liderar una marca y negocio es un desafío en sí pero en tu caso, el desafío es triple ya que para poder sostener y potenciar el desarrollo y crecimiento de tu empresa, debes de poder liderar con firmeza tanto tu proyecto empresarial como el equipo que te permite hacerlo realidad y contar previamente – para que todo esto sea posible y sostenible – con un liderazgo personal sólido y potente.

En ese sentido, tu principal desafío consiste en activar, desarrollar o potenciar tu liderazgo en tres frentes diferentes pero interdependientes porque sólo unidos facilitarán la viabilidad y crecimiento de tu empresa.

El liderazgo personal, de equipo u organizacional no se aprende: se practica. Claro que puedes leer sobre el tema y asistir a cursos y formaciones pero a la hora de desarrollar y potenciar tu propio liderazgo, no te quedará de otra que lanzarte al agua y nadar con fuerza porque nadie nunca jamás podrá decirte con toda certeza cómo liderar TU vida, cómo liderar TU equipo ni cómo liderar TU empresa. Y mucho menos cómo liderarlos de manera eficiente y serena.

El verdadero liderazgo empieza precisamente cuando eres capaz de gestionar de manera autónoma tu proyecto de vida y, en tu caso, tu proyecto empresarial.  Y no me malinterpretes: autónoma no significa a solas o sin pedir consejos o ayuda; significa tomando tus propias decisiones a consciencia, responsabilizándote con ellas y comprometiéndote, contigo misma en primera instancia, para que sean exitosas.

El paso uno hacia el liderazgo es exactamente el mismo que para la capacidad de foco: fija tu visión, marca tus objetivos, diseña tu camino y ponte en marcha.

Tomar decisiones de éxito

Somos la suma de nuestras decisiones decía el filosofo francés Jean Paul Sartre. Eso te muestra la importancia que tiene la capacidad de decisión para cualquier persona que quiere liderar su vida y su negocio. Lo quieras o no, tendrás (tienes) que tomar decisiones constantemente, a diario, para todo: ¿por qué no procurar asegurarte de que sean decisiones de éxito?

Muchas personas le tienen mucho miedo a la toma de decisión creyendo que se trata de una especie de apuesta contra el destino y teniendo obviamente mucho miedo a equivocarse. Y si bien nadie te puede asegurar que tu decisión será la correcta ni tú puedes tener esta certeza al 100%, hay mucho que puedes hacer para tomar decisiones de éxito:

  1. decidir en congruencia es decir tomando en cuenta y alineando varios factores cruciales como tu identidad personal, tu proyecto de vida, tu proyecto empresarial, la identidad de tu marca….
  2. apoyarte en protocolos de toma de decisión: menos eficiente que el anterior, este enfoque te puede ayudar sin embargo a enfrentar de una buena vez esas decisiones que no estás tomando el día de hoy y que te mantienen estancada

No existe una ciencia de la decisión ni nada que te asegure no cometer un error pero puedes aprender a ser mucho más eficiente en este rubro. Por otra parte, si te equivocas, podrás contar con la serenidad que te brinda un error cometido desde el liderazgo porque quien se equivoca sintiéndose sin embargo al mando nunca se enfrasca en él y siempre sigue adelante después de haber sacado las enseñanzas de lo ocurrido.

Desarrollar tus talentos

Serás mucho más eficiente y serena si dejas de pretenderte todóloga y empiezas a tomar acción y decisiones desde lo que mejor dominas y disfrutas. ¿Y lo que no? Delégalo.

Para eso eres empresaria y para eso tienes un equipo: para poder dedicarte y enfocarte en fijar la visión, las grandes metas, el rumbo y decidir en última instancia qué ruta se va a seguir para alcanzar todo esto. Para poder también dedicarte a lo que mejor sabes hacer y potenciarlo al máximo: ¿cuál es el corazón de tu empresa, de tu marca? ¿Cómo empezó todo? ¿Desde qué talento muy tuyo emprendiste tu proyecto empresarial? ¿La empresa no fue creación tuya? ¿La heredaste de tu familia? Sin embargo el día de hoy tú la estás liderando y su potencia depende de tu potencial.

Desarrollar tus talentos es aprender a conocerte lo suficiente como para poder apoyarte en lo que mejor sabes hacer para que todo fluya más fácilmente. Todo es más fácil cuando te impulsa la energía constante de tus propios talentos: sólo es cuestión de conocerlos, desarrollarlos y potenciarlos hasta convertirte en una verdadera experta.

No pretendas saber y poder con todo: sólo te desgastas, desgastas a tus colaboradores y desgastas las oportunidades de crecimiento de tu empresa. Enfócate en lo mejor de tí y rodéate de personas que también son expertas en lo suyo. Verás entonces los resultados increíbles que podrán alcanzar juntos.

Lograr lo mismo para tu equipo

Porque ésta es la cereza sobre el pastel: que logres para cada miembro de tu equipo lo mismo que estas logrando para ti:

  • una gran capacidad de mantenerse enfocados
  • un fuerte liderazgo personal y profesional
  • un capacidad real de tomar decisiones de éxito
  • la posibilidad de desarrollar sus talentos

El poder contar sobre un equipo con tal madurez – autónomo, proactivo, colaborativo y totalmente comprometido con tu visión empresarial – será para ti el paso definitivo hacia una verdadera eficiencia sin estrés.

Este equipo existe: es el tuyo, tu equipo perfecto es decir ese equipo que te toca a ti armar de acuerdo al tipo de empresa que quieres desarrollar y al tipo de liderazgo que quieres ejercer. Como cualquier tema de importancia, no es algo que lograrás de la noche a la mañana pero si de verdad quieres convertirte en una empresaria eficiente y serena, entonces le darás su espacio en tu agenda para poder irlo creando a la medida de tus necesidades y aspiraciones.

¿Por dónde empezar?

Presentado así, alcanzar una eficiencia serena puede parecer un proceso dificultoso en vista a una meta irrealizable pero si visualizas el desafío que te plantea como un verdadero objetivo que tú misma te pones, tienes la oportunidad de alcanzarlo mediante un proceso saludable, potenciador y motivante:

  • Saludable porque lo llevas a tu ritmo, respetando tus aspiraciones propias al respecto (¿qué sería para ti ser eficiente y serena?) y tu situación real actual (¿Cómo vas en este tema el día de hoy? ¿Qué debes de tomar en cuenta para alcanzar tu objetivo sin quemarte en el proceso?)
  • Potenciador porque conducido de adentro hacia afuera desde el autoconocimiento y el autocuidado, generadores de ese poder personal que necesitas activar para desarrollar con éxito cada una de esas habilidades
  • Motivante porque lo diseñas bajo tus propios términos (tu empresa, tu vida, tus metas, tus prioridades, tu liderazgo) brindándote de esta manera un magnífico espacio de autoescucha y autoestima.

Si no fueras empresaria, si te sobrara el tiempo libre, tal vez te compartiría una que otra recomendación, herramienta o lectura para empezar a trabajar esas cuestiones mediante un proceso autónomo. Pero seamos honestas: no tienes tiempo para eso y el que tienes francamente te invito a dedicarlo a tu cuidado, al cuidado de los tuyos y al cultivo de tus talentos (te cuento por ejemplo que el 90 % de mis clientas están actualmente en procesos de certificación en temas de negocios y/o de gestión de empresas).

¿Por donde empezar entonces? Por lo más potenciador, eficiente y relajante en la materia: haciendo un coaching. Cada sesión ocupará poco tiempo en tu agenda y sin embargo el proceso en sí marcará un antes y un después en ti y en tu proyecto empresarial.

TU NEGOCIO TE NECESITA SEGURA Y FUERTE, ACTIVA Y PROACTIVA

EN POCAS PALABRAS, AL MANDO

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