
Uno de los motivos principales por los cuales muchas personas optan por el emprendimiento es que aspiran a ser autónomas, independientes y por lo tanto a no depender de exigencias y plazos ajenos. Aspiran a ser dueñas de su contenido (poder crear, producir, innovar, proponer, sorprender), de su identidad profesional (crear y desarrollar su propia marca e imagen) y de sus tiempos y prioridades, tanto profesionales como personales.
Sin embargo, el lanzar, desarrollar y escalar un negocio requiere activar y sostener un proceso lleno de dificultades y desafíos, tanto internos como externos, que exige del emprendedor estar en una constante dinámica de aprendizaje y cambio, ser activo y proactivo, ser flexible, adaptarse y trabajar constantemente en beneficio de su negocio. Lo que empieza como una hermosa aventura humana – diseñar tu trabajo ideal, honrar tu propósito, aportar valor – puede muy fácil y rápidamente convertirse en una carga de peso pesado, generadora de estrés, confusión y frustración.
O no.
Gran parte de mi trabajo como coach acompañando a emprendedores y pequeños empresarios consiste en ayudarles a sostener el crecimiento de su empresa desde una dinámica saludable y placentera. Hay muchas maneras de lograrlo y no me incumbe imponer, en sesión, ningún enfoque o método en particular ya que el cliente es quien decide de lo que le conviene. Sin embargo, creo importante dar a conocer estos enfoques y particularmente él que a mí me funciona y estimula a la hora de sostener mi propia marca.
En efecto, fue de manera muy consciente y comprometida que he decidido, hace 4 años exactamente, llevar mi negocio desde el enfoque del slow business para asegurarme de que tanto mi emprendimiento como mi practica de coaching fueran a la vez saludables, estimulantes y potentes. A la par, he cuidado siempre de invitar a mis coaches y lectores a optar por un Emprendimiento Saludable. Así que permítame hablarte un poco de esta filosofía de vida y de trabajo.
El movimiento slow: regresar a lo esencial
El movimiento slow como tal nació en Europa hace poco más de treinta años (1). Sin embargo, es el fruto de una visión alterna del mundo que se iba gestando desde hacía ya casi medio siglo.
Más que una tendencia o moda, se trata de una filosofía de vida que promueve una desaceleración del ritmo de vida y un regreso a lo genuino y esencial, tanto en cuestiones de alimentación (slow food) como de trabajo por ejemplo (slow working).
Se opone finalmente a gran parte del modelo que se extendió en la sociedad occidental del siglo XX y en el cual la cantidad fue prevaleciendo poco a poco sobre la calidad, en detrimento de las personas (ultra productividad, ultra conexión, ritmo de vida ultra rápido) y del medio ambiente (turismo de masa, agricultura y ganadería intensiva, desforestación).
Al conectar con tendencias afines – el zen, el mindfulness, el minimalismo – el movimiento slow se fue extendiendo finalmente a prácticamente todas las áreas de las actividades humanas como la arquitectura, la moda y últimamente con el slow business, a los negocios.
Slow business: menos es más
El slow business no es una invitación a la lentitud y a la indolencia. No se trata de hacer lo mismo pero más despacio.
El slow business equivale en el mundo de los negocios
a lo que es el mindfulness en el sector del desarrollo personal
Pierre Moniz Barreto (2)
Se trata, por lo tanto, de reinventar nuestra relación con el tiempo (horarios, ritmos, plazos) y con los negocios (valores, propósito, impacto) de tal manera que, en lugar de presionarnos, exprimirnos con una productividad tradicional (más horas, mas tareas) y enfocarnos exclusivamente en los beneficios externos (estatus) y materiales (ingresos) de nuestra profesión, encontremos la forma de hacer crecer nuestro negocio desde un alto desempeño enfocado y relajado (flow) y de disfrutar de cada actividad y etapa como parte integra de nuestra realización plena.
El crecimiento de tu negocio es slow, lento, en el sentido de que
- Tu desempeño no se cuenta en horas sino en resultados e impacto. Si logras un alto impacto en pocas horas, bien. Es lo que Françoise Kourilsky, figura del Business Coaching en Francia, llama el Desempeño Elegante (La Performance Elegante): un desempeño minimalista con el cual se busca “simplemente” ejecutar la acción adecuada en el momento adecuado. Esto se aparenta mucho al Flow del sicólogo Mihály Csíkszentmihályi, ese estado de concentración máxima que lleva a la persona a un estado de relajación y disfrute tal que realizan su actividad de manera totalmente fluida. En ambos casos, requiere de la persona el tomar acción desde su Zona de Genialidad y ser capaz de alcanzar altos niveles de Concentración Relajada (Timothy Gallwey), tal y como lo hacen atletas, músicos, bailarinas, cirujanos o jugadores de ajedrez. Y tú ¿por qué no?
- Tu negocio pasa de una fase a otra de manera más pausada efectivamente en la medida en que es interdependiente del crecimiento de las otras áreas de tu vida. En otras palabras, su crecimiento debe nutrir y sostener el crecimiento de las otras áreas de tu vida; no adelantarse ni quedarse atrás. Y vice-versa. Un slow business siempre se diseña y sostiene desde la aspiración a un balance vida personal/vida profesional. Tu negocio no es más importante que tu familia o que tus proyectos personales: es parte de. Tampoco es ajeno al mundo que lo rodea y a las grandes cuestiones societales (ecología, cuestiones de género, modelos económicos). No significa que tienes que dar a ver tu vida personal o expresar tus opiniones en el marco de tu negocio. Significa simplemente que tu identidad de marca será muy vinculada a tu manifiesto y a tus valores personales. Obviamente, entiendo y tengo muy claro que es un enfoque que no le conviene a todo el mundo, que no conviene a cualquier tipo de negocio o empresa o que no conviene en cualquier etapa de nuestra vida. Pero creo que es importante que conozcas esta propuesta.
El Emprendimiento Saludable: crecer en armonía
El concepto de Slow Business va muy ligado a otro muy parecido que es la noción de Emprendimiento Saludable. Un emprendimiento se considera saludable siempre y cuando respeta y nutre la salud física, mental y emocional
- del mismo emprendedor o emprendedora
- de su entorno inmediato
- de su equipo
- de su clientela
Es un emprendimiento con propósito y valores, respetuoso de la persona, de su equilibrio interno y externo y que fomenta un crecimiento sostenible, placentero y estimulante gracias, nuevamente, a un Estilo de Vida y de Trabajo ad hoc (Healthy Lifestyle, Healthy Workstyle, Healthy Productivity), que favorecen una gestión equilibrada del tiempo, de las emociones, de los niveles de energía y estrés, de las áreas de vida (personal/profesional)… en fin, de todo lo que puede contribuir al crecimiento efectivo del negocio y al equilibrio y bienestar de la persona.
La idea de un Emprendimiento Saludable está en el centro mismo de mi acompañamiento como coach (y nutre gran parte de este blog) ya que tengo muy claro que se trata del mejor sistema y proceso que exista para sostener en el tiempo el crecimiento de tu negocio sin dejarte vencer por el agotamiento y el estrés, la confusión, la frustración y en última estancia, el estancamiento total. Es un camino hacia el éxito que te permite crecer sin desgastarte, desafiarte sin quemarte y sobre todo mantener vivo y vigente tu emprendimiento y negocio.
Unir éxito y bienestar, crecimiento de tu negocio y desarrollo de tu persona, Éxito externo y Éxito interno… este es, al fin y al cabo, la invitación que te hacen estos diferentes enfoques.
El concepto de Slow Business es probablemente el más exigente y demandante pero el concepto de Emprendimiento Saludable no me parece siquiera una opción (y menos ahora en el contexto de la Pandemia) sino la única vía que te garantice crecer en armonía, conciliar vida personal y vida profesional y asegurarte de cumplir con tus metas y ambiciones sin mermar tu salud ni traicionar tus valores. Es el único que te garantiza crecer en armonía, siguiendo e inventando sobre la marcha un proceso y proyecto que te potencie, que te estimule y que sobre todo, te haga feliz.
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- Se considera que el nacimiento histórico del movimiento se dio en 1986 en Italia cuando el crítico gastronómico Carlos Petrini, guiando un grupo de personas, se opuso a la instalación de una sucursal de McDonald’s en uno de las plazas emblemáticas de Roma.
- Pierre Moniz Barreto, Slow business. Ralentir au travail et en finir avec le temps toxique Eyrolles, 2015
Me encantó, pienso que es información muy valiosa digna de ser difundida por todo lo alto. Debemos dar prioridad a crear esta nueva cultura en nuestros emprendimientos y empresas.
Así es Lau. Es hora de reinventar nuestra relación con el trabajo en general y el emprendimiento en particular. Mil gracias por leerme y compartir tu reacción sobre esta cuestión.