6 señales de que tu negocio necesita un cambio

Isabelle Lecurou

  Tienes talento, expertise y pasión por tu profesión y no eres ninguna principiante en el mundo del emprendimiento. Te esfuerzas al máximo para tener visibilidad, ofrecer productos y servicios de calidad y hacer que tu negocio funcione y te brinde la calidad y el estilo de vida que deseas. Te actualizas constantemente en cuestiones de marketing y ventas, invirtiendo en cursos y asesorías, para poder seguir progresando, pasar al siguiente nivel y cumplir con tus metas y ambiciones.

 Sin embargo, te estás dando cuenta de que últimamente los resultados alcanzados no son proporcionales a la inversión de tiempo, dinero y energía que estás haciendo y esto te está generando mucha frustración y agobio.

  No puedes seguir así : te urge retomar las riendas de tu negocio y hacer cuanto antes los ajustes necesarios y los cambios oportunos, sobre todo si experimentas una de esas seis situaciones:

1. Casi no tienes clientes

 Nunca has logrado afianzar una clientela regular, a pesar de tener e implementar un buen plan de visibilidad y de ventas. Tienes tu web, tu newsletter, tus redes; eres muy activa y constante y tienes tal vez incluso muchos seguidores pero pocos de esos seguidores se convierten en suscriptores y mucho menos en clientes. 

   A esa altura, ya no sabes qué hacer : consideras que ya te formaste en marketing puesto que te sabes los fundamentos y has procurado implementar lo aprendido. Sin embargo, y por mucho que hagas, no le atinas, no le das a la diana: no logras tener clientes y tus ingresos son mínimos e insuficientes.

  El problema es que lo que era normal en la fase 1 del crecimiento de tu negocio, cuando apenas estabas empezando, ya no lo es. A esa altura, si realmente dispones de un plan adecuado y te esfuerzas tanto, deberías de tener resultados.

  Tu toma de acción – por muy real y esforzada – es totalmente ineficiente. Te mantiene muy ocupada pero también muy confundida en cuando al alcance real de tus acciones y estrategias. Es hora de hacer una pausa, un diagnóstico y un nuevo plan de acción.

2. Tienes bastantes clientes pero…

  Sólo compran tus productos de bajo precio pero nunca tus programas de rango medio y mucho menos tus servicios premium. Sientes y con mucha razón que tu talento se está desperdiciando pero te conformas en crear más y más productos de este perfil “porque esto es lo que compran”.

   Cuando sí contraban tus servicios, desbaratan tu oferta y exigen algo “personalizado” que no solamente te aleja demasiado de lo que tú quieres y disfrutas hacer pero que sobre todo difícilmente le va a funcionar a tu cliente. Pero “esto es lo que quieren”.

   O bien compran tu servicio tal cual pero no tienen el perfil adecuado y te es muy dificil hacer que se beneficien realmente de tu talento y expertise y obtengan los resultados que tu cliente ideal sí obtendría sin duda alguna.

   Como sea: tienes clientes, ganas dinero pero lo que haces está muy alejado de tu zona de genialidad y francamente, te aburres:

“En el fondo, te da la impresión de tener que torcer las cosas para que quepan de alguna manera y esto te lleva a limitarte y a trabajar de manera reactiva (le das a la gente lo que quiere) en lugar de trabajar de manera creativa, desde tu poder personal y tu zona de genialidad.

Nathalie Antonio Giraud, Business Coach

3. Ya no tienes tan claro lo que estás haciendo ni por qué lo estás haciendo

  Alimentas tu blog y tus redes sociales semanalmente, escribes tu newsletter, haces videos, webinars, e-books… porque en algún momento te quedó muy claro que el marketing de contenido era la mejor manera de conectar profundamente con tu audiencia y con tus clientes. Sin embargo, el día de hoy, has perdido esta conexión: haces las cosas por hacerlas, porque tienes que hacerlas y andas como en una burbuja de obligaciones (tengo que escribir el artículo; me toca mandar la newsletter, etc).

  De hecho, ni siquiera sabes ya “de qué hablar” ni te motiva buscar temas nuevos. Por otra parte, tu cliente es buena persona, te llevas bien con él, pero tampoco te motiva ni te reta: no te “enamora” ni tú lo “enamoras” a él. Pero ¿cómo le vas a decir no a alguién que te asegura tener buenos ingresos?

  La verdad es que tienes tu negocio en piloto automático: ya no eres capaz de ver más allá que la tarea del día o la to do list de la semana sin tener idea ya del por qué y del para qué de tu emprendimiento. 

  La rutina y la comodidad no son malas en sí; es más, nos brindan un sentimiento de seguridad y bienestar que realmente necesitamos de vez en cuando. Pero a altas dosis, genera también inercia y frustración, dos estados que son incompatibles con la salud de un negocio. Como emprendedora, es importante que no pierdas el sentido de lo que estás haciendo ni permitas que tus niveles de motivación y entusiasmo bajen demasiado. Mantente alerta, activa y proactiva. Reinvéntate o reintenta tu negocio. Abre un nuevo capítulo, más emocionante, más alineado, más creativo. 

4. Has perdido el foco

 Ya no tienes metas claras, ni a corto ni a mediano o largo plazo. Puede ser que nunca las hayas tenido verdaderamente o puede ser que te toca revisarlas y actualizarlas, porque tu negocio ha evolucionado, porque tú has cambiado, porque tu vida es diferente y tus necesidades y expectativas también. 

  Pero cual sea el caso, tus objetivos actuales ya no te retan ni te motivan y en cierto modo, no los tienes ya a la vista cuando actúas, por lo cual cambias de ideas y de estrategias a cada rato, sales constantemente de lo planeado y no le das seguimiento a nada, lo que obviamente le quita muchísimo impacto a tus acciones y decisiones y merma tus resultados.

  No tener claras tus metas o andar muy confusa, o incluso desorientada, en el camino que te lleva a ellas sólo puede tener un resultado: el estancamiento total. No permitas que esto pase. Regresa a los básicos: ¿qué quieres lograr? ¿Para qué lo quieres lograr? y, no menos importante ¿cómo lo quieres lograr?

 Y, por cierto, ya que vas a retomar tu emprendimiento sobre nuevas bases ¿por qué no haces tuyo el enfoque de un emprendimiento saludable, realmente motivante, eficiente y placentero?

5. Te distraes fácilmente y pospones constantemente tus tareas

   Pasas más horas que nunca en tu oficina o trabajando en lo que te toca trabajar pero en realidad, tu desempeño es bastante bajo y logras más desgaste que resultados.

  En realidad eres consciente de ello pero no conoces otra manera de hacer las cosas. Procuras organizarte mejor pero nada te funciona; intentas “disciplinarte”, “exigirte más” pero termina siendo contraproducente ya que los resultados obtenidos de esta manera son muy pocos en comparación con los niveles de compromiso, cansancio y estrés que tal autoexigencia te ha provocado.

   El día de hoy, tiendes a posponer cada vez más lo que te toca hacer. Dices que procrastinas, que no eres una persona consistente y persistente, pero en realidad tu problema es otro: no se trata de tu actitud: se trata de tu estado general, del estado desde el cual creas estrategias y tomas acción. 

  Renueva este estado, reactiva tu energía física, mental y emocional, energiza tu Estilo de Vida y haz más eficiente tu Estilo de Trabajo y veras cómo renovarás al mismo tiempo tu emprendimiento. 

6. Ya no disfrutas tu emprendimiento

   Ésta es la verdadera señal de alarma y como Life Coach, te diría incluso que es la más importante, la única a la cual tienes que estar atenta cuando eres emprendedora y sobre todo cuando lo que brindas es un servicio porque acompañar y ayudar de manera significativa a tus clientes requiere de ti niveles de energía, motivación y enfoque sumamente altos que sólo se pueden sostener en el tiempo si disfrutas realmente de tu actividad.

   Así que cuando te alegra que sea viernes (que porque el cuerpo lo sabe) y los domingos en la noche te empiezas a angustiar… ¡mucho cuidado! Algo ya no te funciona: ya no estás emprendiendo desde un espacio de placer y alegría sino desde un espacio de obligación y estrés. ¡Es hora de tomar acción!

   Como sea, entraste en una especie de rutina, perdiste el gusto por lo que haces o por gran parte de lo que haces. En el mejor de los casos, tienes buenas ganancias pero te aburres y para llenar ese vacío, te saturas trabajando de más, sin rumbo ni sentido. Como el 80% de las emprendedoras que te rodean, empezaste tu negocio porque te encantaba la idea de tener algo tuyo, donde no dependieras de nadie y pudieras dedicarte a lo que realmente te gusta: recoNecta con eso y retoma las riendas de tu negocio.

   Si te estás reconociendo en cualquiera de estos seis casos, te urge hacer una pausa y tomar el tiempo de evaluar con precisión cuál es tu situación actual, en qué exactamente no te conviene ni agrada y diagnosticar qué fue lo que la provocó. Pero más importante aún, te toca decidir qué es lo que quieres a cambio y encaminarte desde ahora hacia esta nueva meta.

  Decidiste ser emprendedora porque quisiste poder vivir tu vida y ejercer tu profesión con total libertad, de acuerdo a tus valores, necesidades, aspiraciones y ambiciones. Nunca lo pierdas de vista y bríndate siempre las oportunidades de poder cumplir con tu sueño.

  Hoy te toca hacer un cambio. Acéptalo para poder liderarlo y darle el rumbo y la calidad que tú quieres para tu negocio. Un cambio nunca es malo en sí: lo que es “malo” es que no se dé en tus términos. Así que no dejes que eso pase: toma cartas en el asunto, define de nuevo tus metas y regresa cuanto antes a un emprendimiento motivante, saludable y eficiente.

TU NEGOCIO TE NECESITA SEGURA Y FUERTE, ACTIVA Y PROACTIVA

EN POCAS PALABRAS, AL MANDO

Mini guía de Emprendimiento Saludable para Emprendedoras Ambiciosas

Deja un comentario

Deja un comentario