Cómo gestionar tu energía para alcanzar tus metas disfrutando el proceso

Isabelle Lecurou

   No deja de sorprenderme cómo muchas personas se exigen alcanzar metas importantes y aspiran a tener una alta calidad de vida y de trabajo sin cuidar jamás algo que es sin embargo primordial y muy decisivo para lograrlo: los niveles de energía física y mental desde los cuales toman acción.

De hecho, cuando me solicitan un coaching, es una de las primeras cosas que voy evaluando. Un coaching, para ser efectivo, necesita en efecto que la persona esté en condición para sostener el proceso de aprendizaje y cambio que requiere. Por lo tanto, venderle un coaching a una persona que no está en el estado físico, mental y/u emocional apropiados para lograrlo es simple y sencillamente abuso y fraude. En este caso, y en lo que a mí concierne, prefiero invitar a esta persona a una sesión gratuita y darle las recomendaciones oportunas para que se prepare mejor.

   Como sea, lo que procuro darte a ver aquí es cuan importante es que cuides de ti en ese rubro porque de tu energía física y mental depende tu capacidad de reflexionar (planeación y estrategia) y de tomar acción de manera pertinente (desempeño, performance, en beneficio de tu desarrollo personal y profesional.

   Por otra parte, y fuera de todo enfoque estratégico, siempre disfrutarás más de tu vida experimentándola desde una energía positiva, sea ésta alta o baja. Estar presente y gozar simplemente del momento es muy difícil e incluso imposible cuando tu cuerpo y tu mente están tensos o agotados.

   Es por todas estas razones que te quiero compartir el día de hoy un modelo, una herramientas que te permitirá entender con más claridad cómo, cuando y para qué  incidir en tu estado energético para gestionarlo en tu beneficio, es decir en beneficio de tu salud, de tu bienestar y de tu capacidad de alcanzar los resultados que aspiras alcanzar.

El cuadrante de Loehr & Swartz

   Lo primero que te conviene visualizar es cómo funciona tu ciclo energético, ese ciclo que  has experimentado tal vez como una serie de altibajos que escapaban un poco a tu control. Y en cierta manera tienes razón; no son cosas que se controlan porque no somos robots ni estamos “al mando” de todo lo que pasa dentro y fuera de nosotros; pero sí podemos aprender a gestionarlos, lo que en esos temas siempre involucra primero ser consciente de lo que sentimos y experimentamos, determinar luego de qué se trata exactamente y en fin tomar acción de acuerdo a lo que acabamos de determinar o diagnosticar.

   Jim Loehr y Tony Swartz, en su libro The Power of Full Engagement (2003) elaboraron el esquema siguiente:

Isabelle Lecuoru

   Una vez que tengas este esquema en mente, podrás diagnosticar con más precisión el estado en el cual te encuentras, evaluar si conviene a lo que deseas experimentar o alcanzar en ese preciso momento y tomar acción para reforzarlo si te conviene o cambiarlo si va en contra de tu salud, de tu bienestar, de tus aspiraciones y necesidades.

Obviamente, las dos fases positivas son las que te brindan un mayor desempeño, libre de estrés, frustración y agotamiento. Son por lo tanto los dos estados que tienes que privilegiar para alcanzar tus objetivos y hacerlo disfrutando del proceso.

   En los estados negativos, y si bien puedes ser bastante “productivo” durante un tiempo en su nivel alto, vas consumiendo y agotando poco a poco la poca energía de la cual dispones hasta quedarte sin pila ni resorte (energía negativa baja), es decir sin energía pero sobre todo sin posibilidad de reactivarla rápidamente.

   Es por esta razón que es importante romper con esta cultura de la productividad a toda costa (“más, más rápido”) – en la cual cada logro parece deber cobrarse con sacrificios de toda índole. No es sano, no es saludable, no es ni siquiera – en un 90% de los casos – necesario pero además no es sostenible en el tiempo.

   Tarde o temprano, una persona que se apoya sola y constantemente en una energía negativa alta termina quemándose en el proceso, literalmente (estrés, depresión, burnout). Por lo tanto, y porque sé que quieres alcanzar tus objetivos disfrutando el proceso, te invito a diseñar e implementar un Estilo de Vida (Lifestyle) y un Estilo de Trabajo (Workstyle) que te permitan ubicarte siempre en un estado de energía positiva, sea alta o baja.

Energía Positiva y Desempeño

La energía positiva alta

  • En esta fase tienes mucha vitalidad y entusiasmo; tus niveles de motivación son óptimos y sufres cero estrés. Estás físicamente saludable y fuerte, mentalmente relajado y enfocado y emocionalmente optimista, confiado y alegre.
  • Es por lo tanto el estado perfecto para tomar acción, llevar a cabo actividades o ejecutar proyectos que exigen de ti una alto desempeño. En efecto, tu mismo nivel de energía te permite actuar con potencia, rapidez e impacto.
  • También es el estado óptimo para desafiarte y superarte es decir para empujar tus límites personales (salir de tu Zona de Confort). Te sientes lo suficientemente seguro y fuerte como para no paralizarte con el primer obstáculo y aceptar el desafío que significan para ti.
  • Por esta razón, es importante que hagas lo necesario para ubicarte en esta fase cuando se avecina una temporada de alto rendimiento (un lanzamiento – de un servicio o producto, de un curso o libro), una competencia deportiva, una exposición o espectáculo si eres artista.
  • Por otra parte, una  vez que lo logres, es crucial que estés atento a no bascular hacia el otro estado de energía alta: el de energía alta negativa. Para evitarlo, debes de conocerte lo suficiente como para captar las señales y dar marcha atrás de manera inmediata.
  • Por lo general, una mala gestión del tiempo (demasiadas horas de trabajo, plazos demasiados cortos, organización deficiente), una Carga Mental excesiva y/o una falta de autocuidado básico son los motivos de esta transición a un estado negativo. Es por lo tanto tu responsabilidad determinar cuáles son tus necesidades en esos rubros y atenderlas antes de que se active cualquier desequilibrio.

El secreto, para mantener una energía positiva, consiste en mantener a raya en agotamiento y el estrés alternando de manera consciente, voluntaria y estratégica estados de energía positiva alta con estados de energía positiva baja.

La energía positiva baja

  • Tus niveles de motivación son óptimos y sufres cero estrés. Estás físicamente saludable y fuerte, mentalmente relajado y enfocado y emocionalmente optimista, confiado y alegre. Sin embargo, experimentas un leve cansancio tanto físico como mental, una sensación de sobrecarga que te empieza a abrumar e incomodar: demasiadas actividades, demasiados pensamientos, demasiado “ruido” digital, demasiadas interacciones.
  • Sólo necesitas desconectar un rato para cuidar de la calidad de tu espacio interior y fortalecer tu fisiología: dependiendo de la intensidad del cansancio que estás experimentando, ese rato puede durar una hora (tomas una siesta y una colación) o varios días (haces un detox, descansas y recuperas)
  • Es el estado idóneo para hacer menos y ser más, conectar contigo y con el momento presente mediante cualquier actividad que te ayude a hacerlo: meditar, leer, escribir, dar un paseo en la naturaleza, pintar… Necesitas tranquilidad, relajación y despreocupación.
  • En cuestiones de desempeño laboral, es el estado perfecto para todas las actividades reflexivas y creativas: formación y actualización, planeación, diseño de proyectos, creación de contenido…
  • Cuando notas que te encuentras en ese estado, toma nota de lo que te estás diciendo a ti mism@: “detente un poco y descansa”. Con la practica, sabrás qué brindarte, dependiendo del nivel de energía que estás experimentando: dormir más, comer mejor, hacer más o menos ejercicio, trabajar menos horas, trabajar diferente, hacer un detox digital, darte tiempo para más actividades personales y familiares… tu sabrás.
  • Pero aprende también a ubicarte de manera voluntaria en ese estado, antes de que llegue la sobrecarga y el cansancio: en tu planeación anual, mensual y semanal, programa momentos (horas, días, semanas) en los cuales pasarte a ese estado relajado y sereno y darte permiso para no estar siempre en el pensamiento estratégico, la toma de acción y la ejecución. 

   Si quieres alcanzar tu objetivos (personales y profesionales) es importante que diseñes un Plan de Acción que te permita mantenerte constantemente en un estado de Energía Positiva, evitándote de esta manera el agotamiento y el estrés, que terminarían quemándote física y mentalmente antes de que te hayas acercado siquiera a tu meta. 

Para logarlo, debes de alternar estratégicamente momentos de alto desempeño con momentos de desempeño moderado – de tal manera que siempre puedas mantener un estado físico, mental y emocional óptimos – e implementar el Estilo de Vida y de Trabajo que te permitan sostener ese balance y mantenerte en ese estado.

   El alto desempeño es menos cuestión de gestión de tiempo que de gestión de energía: más alta y positiva sea la tuya, más eficiente serás. Es por esta razón que te conviene alcanzar ese estado cada vez que necesitas un impulso fuerte para un impacto relevante. Pero para lograrlo, es crucial que tú hagas lo necesario: fortalecerte antes, cuidarte mientras y pasar de manera voluntaria a una energía baja para descansar y/o recuperar. 

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